Publication: Resilience / vulnerability of Spanish households in the face of COVID-19. Disparities in the distribution and composition of savings in Europe.
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2021-07-29
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The unprecedented global health and economic emergency caused by the COVID-19 pandemic highlights, now more than ever, the importance of promoting savings and financial planning in every household. Knowing households’ degree of financial resilience (or conversely, their degree of vulnerability) prior to the pandemic is essential in order to be able to anticipate the consequences of the pandemic and better gear economic and social measures. As a result of this situation, the academic community has raised its voice, advocating the urgent need to promote structural policies that foster conscious financial planning in households as a mechanism of resilience to future crises; see Arellano and Cámara (2020). Despite the packages of social and economic measures put in place by the governments of different countries, including Spain, and by the European Union, a great deal of households has experienced, and will continue to experience in the coming months, a deep income reduction. In Spain, the number of workers affected by temporary lay-offs amounted to nearly 3.4 million. In some sectors, more than 80% of social security affiliates has been in this situation. In turn, more than 1 million self-employed workers have been eligible to receive the aid for the cessation of activities. Considering that the employed population in Spain is around 18.5 million people, at least a quarter of the population has suffered a significant income reduction due to the health emergency. In these situations, it is clear that accumulating savings over time (referred to in the literature as ‘wealth’) is an excellent mechanism of precaution and financial stability that citizens can apply to compensate for temporary income reductions. Analysing the state of this accumulation of savings or the level, of wealth that households had prior to the crisis caused by the pandemic, can be used to assess a family’s degree of resilience (and therefore, their degree of vulnerability). Literature does so by estimating the time that households would be able to subsist on their savings in the hypothetical scenario of a total lack of income, a scenario that is unfortunately not so hypothetical, but rather real, for many families in the current circumstances.
La situación de emergencia sanitaria y económica sin precedentes que estamos viviendo a nivel mundial debido a la pandemia ocasionada por el COVID-19 pone de relieve, más que nunca, la importancia que tiene fomentar el ahorro y la planificación financiera en los hogares. Es prioritario conocer el grado de resiliencia financiera (o grado de vulnerabilidad, en sentido contrario) de los hogares previo a la pandemia para poder anticipar las consecuencias de la misma y orientar mejor las medidas económicas y sociales. A raíz de esta situación, la comunidad académica ha alzado la voz, abogando por la necesidad imperiosa de promover políticas estructurales que fomenten la planificación financiera consciente por parte de los hogares como mecanismo de resiliencia frente a futuras crisis, véase Arellano y Cámara (2020). A pesar de los paquetes de medidas sociales y económicas puestos en marcha por los gobiernos de los diferentes países, entre ellos el de España, y por la Unión Europea, un buen número de hogares ha experimentado, y continuará haciéndolo en los próximos meses, una reducción intensa de sus ingresos. En España el total de trabajadores afectados por ERTEs ha ascendido a cerca de 3,4 millones. En algunos sectores más del 80% de los afiliados a la seguridad social han estado en dicha situación. A su vez más de 1 millón de trabajadores autónomos se ha acogido a la ayuda por cese de actividad. Si tenemos en cuenta que la población ocupada en España se sitúa alrededor de los 18,5 millones de personas, al menos un cuarto de la población ha sufrido una reducción importante de sus ingresos con ocasión de la emergencia sanitaria. En situaciones como esta, resulta patente que la acumulación de ahorro a lo largo del tiempo (denominada en la literatura “riqueza”) constituye un excelente mecanismo de precaución y estabilidad financiera con el que los ciudadanos pueden compensar reducciones temporales de ingresos. El análisis del estado de esta acumulación de ahorro o nivel de riqueza que poseen los hogares, previo a la situación de la crisis originada por la pandemia, permite evaluar el grado de resiliencia (y por tanto la vulnerabilidad en el sentido contrario) de las familias. La literatura lo hace a través de la estimación del tiempo que los hogares serían capaces de subsistir con sus ahorros en el hipotético escenario de una falta total de ingresos, escenario que desgraciadamente no es tan hipotético, sino bastante real para muchas familias, en las circunstancias actuales.
La situación de emergencia sanitaria y económica sin precedentes que estamos viviendo a nivel mundial debido a la pandemia ocasionada por el COVID-19 pone de relieve, más que nunca, la importancia que tiene fomentar el ahorro y la planificación financiera en los hogares. Es prioritario conocer el grado de resiliencia financiera (o grado de vulnerabilidad, en sentido contrario) de los hogares previo a la pandemia para poder anticipar las consecuencias de la misma y orientar mejor las medidas económicas y sociales. A raíz de esta situación, la comunidad académica ha alzado la voz, abogando por la necesidad imperiosa de promover políticas estructurales que fomenten la planificación financiera consciente por parte de los hogares como mecanismo de resiliencia frente a futuras crisis, véase Arellano y Cámara (2020). A pesar de los paquetes de medidas sociales y económicas puestos en marcha por los gobiernos de los diferentes países, entre ellos el de España, y por la Unión Europea, un buen número de hogares ha experimentado, y continuará haciéndolo en los próximos meses, una reducción intensa de sus ingresos. En España el total de trabajadores afectados por ERTEs ha ascendido a cerca de 3,4 millones. En algunos sectores más del 80% de los afiliados a la seguridad social han estado en dicha situación. A su vez más de 1 millón de trabajadores autónomos se ha acogido a la ayuda por cese de actividad. Si tenemos en cuenta que la población ocupada en España se sitúa alrededor de los 18,5 millones de personas, al menos un cuarto de la población ha sufrido una reducción importante de sus ingresos con ocasión de la emergencia sanitaria. En situaciones como esta, resulta patente que la acumulación de ahorro a lo largo del tiempo (denominada en la literatura “riqueza”) constituye un excelente mecanismo de precaución y estabilidad financiera con el que los ciudadanos pueden compensar reducciones temporales de ingresos. El análisis del estado de esta acumulación de ahorro o nivel de riqueza que poseen los hogares, previo a la situación de la crisis originada por la pandemia, permite evaluar el grado de resiliencia (y por tanto la vulnerabilidad en el sentido contrario) de las familias. La literatura lo hace a través de la estimación del tiempo que los hogares serían capaces de subsistir con sus ahorros en el hipotético escenario de una falta total de ingresos, escenario que desgraciadamente no es tan hipotético, sino bastante real para muchas familias, en las circunstancias actuales.
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Núñez-Letamendi, L., Tsouderou, A., Observatorio del ahorro familiar, & Fundación Mutualidad Abogacía. (2021). Resilience / vulnerability of Spanish households in the face of COVID-19. Disparities in the distribution and composition of savings in Europe. Zenodo. https://doi.org/10.5281/zenodo.5144909